Visten sus más profundas entrañas, como seducción que se
esconden en una media luna,
Para que las desnuden en cada latir de su corazón, se
deslizan como queriendo comerse ahogadamente cada ir y venir de sus deseos
carnales que se deducen en cada gritar, elevándose hasta convertirse en el
mismo grito que al parir encontrara la luz que la haga vivir nuevamente.