Vuelan como palomas de domingo,
de parque central
con fachadas de piedra,
como señoras regordetas
que parlotean como vecinas
de canto, como pensadoras de vuelo,
de plumas, descansos y cuentos de bancas
Vuelan,
así como la virginidad
que se consumió al doblar la esquina,
elocuencias de gato negro,
sonrisas de asnos y nosotros que dejábamos
la historia con fin
Van,
allá donde la esencia se colma
de metáforas, mientras camina rumbo
al encuentro de las cartas de Nerúda,
en un cercano estado onírico donde
permanecen sin tiempos y despedidas,
de esos términos que difuminan sus siluetas
en un hábito de 21 días mientras
expiran 24 lunas, eso sí, jugueteando con las
palomas en una charla de instrospección
matutina
Continuará, en donde los sueños
pueden concretarse, el amor es infinito,
de adentro y no de unos meses, de otro,
siguiente o mejor
Continúo...
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