El sorbo de café
que cede en tu boca,
cotidiano,
para que el viento lo comprima
cuando tus labios rocen la taza,
para que llenen mis oídos
en un fastidio mañanero,
mientras se mueven los pies,
la última gota que se consume,
una tecla que falla en un tintineo,
la chatarra con boca de hambre,
la luz tenue,
explotación para el consumo,
presión,
alta,
baja,
al final,
cuando el uno se presente,
la vida despierta y continúa,
antes que vuelva a la mañana siguiente.
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