Los hilos de tu ropa íntima condenaran al pudor,
la desnudarán en la plaza de los conservadores
para alimentar sus plegarías
disfrazadas de palomas
Volarán a Roma,
privatizarán el cielo con monedas
que engordan alcancías uniformadas
Caos, así le llamaba el caótico cada vez que
tejía los hilos que sostienen a los títeres,
mientras mostraba sus zapatos de charol
y peinaba su entre cejas
El silencio callaba en su canto,
sus latidos sinérgicos tapizaban
con lunares el concreto
¡Un beso! suplicaba la tierra vendida,
antes que un saco condenara
su existencia
Libertad escribía su fábula,
para que algún día le rindan homenaje
las palomas de maíz.
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