Palpita,
enciende el motor de vida,
sonriente como sandía sin pepitas,
como niño en un paseo de
tarde en triciclo,
como sonrisa de sol en pleno
invierno
El corazón
sonríe como arrugas en vida,
más allá y menos acá
de su forma no geométrica,
de sus interpretaciones
indistintas, metafóricas,
equivocas, enamoradas y al revés
La vida dada en él, ella, sin pronombre
se va de centro a sur,
de sur sin retorno,
a reencontrarse con el corazón,
a palpitar, a vivir con sus sentidos,
a jugar con la A para
volar como las mariposas
Voy sur,
voy a palpitar,
a palpitar mis deseos,
la vida, el amor.
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